La naturaleza y las comunidades viven en armonía con su entorno, esas son las Reservas de la Biosfera, territorios reconocidos por la UNESCO donde la conservación, el desarrollo sostenible y el conocimiento se unen en un mismo lugar.
¿Qué son y cómo funcionan?
Las Reservas de la Biosfera forman parte de un programa global llamado Hombre y Biosfera (MAB), creado en 1971. Su gran aporte es que buscan conservar la biodiversidad, al mismo tiempo que fomentan modos de vida sostenibles para las personas que habitan esos territorios.
Para lograrlo, se organizan en tres zonas que se complementan entre sí:

Este modelo busca el equilibrio: cuidar la naturaleza sin excluir a quienes dependen de ella.
¿Cuántas hay en el mundo? ¿Y en Chile?
A nivel mundial existen 759 Reservas de la Biosfera en 136 países, y muchas de ellas cruzan fronteras. Juntas abarcan millones de hectáreas y comunidades que conviven con el patrimonio natural.
En Chile hay 10 Reservas, distribuidas desde la región de Arica y Parinacota hasta Magallanes. Dentro de las más conocidas están, Torres del Paine o el Archipiélago Juan Fernández. Otras, como el Corredor Biológico Nevados de Chillán – Laguna del Laja, La Campaña-Peñuelas o Araucarias, destacan por su biodiversidad única y la participación activa de las comunidades locales.
En la Red de Reservas de Biosfera de Chile, se busca fortalecer la participación local, mejorar la gestión en forma descentralizada y aumentar el apoyo científico y financiero de estas singulares extensiones de territorios y/o maritorios, fomentando siempre la preparación de jóvenes como agentes de cambio para esta transformación.
Una oportunidad para todos
Más que un “área protegida”, una Reserva de la Biosfera es un laboratorio de vida: donde se cuida, se vive y se aprende. En tiempos de crisis climática y pérdida de biodiversidad, estas reservas no son solo un legado, sino una oportunidad para el bienestar de todas y todos los chilenos.
Si alguna vez visitas una, recuerda: estás entrando a un espacio donde naturaleza y personas se cuidan mutuamente. Y ese equilibrio, hoy más que nunca, vale protegerlo.