Puede que te sorprenda encontrarte con la noticia de que algunos parques y reservas nacionales estarán cerrados temporalmente en los próximos meses. ¿La razón? Muy simple y poderosa: la conservación de nuestro patrimonio natural.
Actualmente, 34 unidades del Sistema Nacional de Áreas Protegidas participan en un ambicioso programa de fotomonitoreo con cámaras trampas, una iniciativa que busca conocer en detalle la biodiversidad que habita estos lugares y las amenazas que enfrenta. Para hacerlo, las y los guardaparques deben recorrer sectores extensos instalando y retirando equipos en zonas sensibles, un trabajo que requiere mucho tiempo, toda su atención y seguridad.
¿Por qué cerrar temporalmente las áreas al público?
Porque este tipo de monitoreo demanda despliegues logísticos intensivos, ya que las y los guardaparques deben internarse en las áreas protegidas, recorrer largos trayectos, cargar equipos y asegurarse de que todo quede bien instalado y sin interferencias. De esta forma, con el acceso restringido, se asegura que las y los Guardaparques puedan desarrollar esta labor y que la información recogida sea de la mejor calidad posible, y a la vez se minimizan posibles riesgos para el público visitante que también requiere del resguardo de los guardaparques.
¿Y por qué es importante monitorear al interior de las áreas protegidas?
Cada foto capturada es un dato que ayuda a responder preguntas fundamentales para nuestros parques y reservas nacionales: ¿qué tan bien están funcionando las estrategias de conservación? ¿qué especies requieren mayor protección? ¿qué cambios se están produciendo en nuestros ecosistemas? Así, el cierre temporal no es una pérdida para quienes visitamos estas áreas, sino una inversión en su futuro y al bienestar humano que brindan las áreas protegidas. Gracias a este esfuerzo coordinado, la ciencia y la conservación avanzan de la mano para proteger el patrimonio natural de Chile.